Acumulación de basura en riberas del Distrito Nacional: entre la desidia y el abandono

El río Isabela enfrenta una grave contaminación por basura, causada principalmente por mercados informales y falta de vigilancia. Fundaciones comunitarias, con recursos limitados, luchan por limpiar mientras el proyecto The Ocean Cleanup recolecta plástico, aunque el abandono estatal y falta de educación ambiental agravan la crisis.

Contaminación en el río Isabela en la Zurza. (DIARIO LIBRE/JOLIVER BRITO)

Santo Domingo.– En las orillas del río Isabela, la vida cotidiana transcurre entre la subsistencia de miles de personas y una crisis ambiental que crece sin control. El mercado informal que se extiende en sectores como Villas Agrícolas, La Zurza y Capotillo genera importantes ingresos para sus comerciantes, pero también es la principal fuente de residuos sólidos y orgánicos que terminan vertidos en las aguas del río.

Ramón Jiménez, encargado de operaciones de la Entidad de saneamiento comunitaria de basura (ESCOBA), explica que “la mayoría de productos como la yuca o la yautía traen tierra que los mercaderos limpian y tiran en las calles dentro del mismo mercado. Y lo peor es que tienen prohibido que las fundaciones retiren esos residuos”.

Más allá de los desechos arrastrados por las lluvias, los vecinos y comerciantes reconocen que la basura muchas veces se lanza directamente al río, pese a que los camiones recolectores cumplen sus rutas. “Lo hacen porque no hay consecuencias. No hay vigilancia, no hay ley que se aplique”, denuncian desde organizaciones comunitarias.

El hedor provocado por la descomposición de los residuos se mezcla con la contaminación visual, donde predominan los plásticos —foam, botellas, fundas y envases— que flotan o se acumulan en las riberas, dificultando aún más su manejo.

La responsabilidad de la gestión ambiental ha recaído casi por completo en cinco fundaciones comunitarias, de las cuales solo una permanece activa debido a los altos costos de mantenimiento y a la baja remuneración que reciben: 25 dólares por tonelada recolectada, equivalente a 1,425 pesos dominicanos. Cada fundación puede recoger hasta cinco toneladas diarias, una tarea ardua y poco reconocida.

Entre las iniciativas para contener la contaminación destaca la “biobarda”, una estructura instalada hace año y medio en la ribera del Isabela que retiene parte de los residuos flotantes, aunque su efectividad depende del mantenimiento constante.

Asimismo, la estación 2 del Ayuntamiento del Distrito Nacional, en Villas Agrícolas, recibe los residuos recolectados por las fundaciones y forma parte del proyecto Sabamar, fruto del convenio entre la Unión Europea y el Gobierno dominicano. Sin embargo, hoy su sostenibilidad depende más del voluntariado que de un respaldo institucional sólido.

Contenedores instalados en años anteriores fueron robados, dejando la ribera vulnerable a la basura indiscriminada y sin herramientas para contener la contaminación.

República Dominicana fue pionera en la región con la instalación en 2019 del “cuarto Interceptor” del proyecto internacional The Ocean Cleanup, una embarcación solar autónoma capaz de recolectar hasta 50 toneladas diarias de basura plástica en el río Ozama. A febrero de 2024, este sistema acumuló 239 toneladas de residuos recolectados, evitando que gran parte llegara al mar, aunque su impacto se ha visto limitado por la falta de educación ambiental y mantenimiento.

La acumulación de basura en los ríos del Distrito Nacional es producto no solo de las lluvias, sino de una combinación letal de desidia, desinformación y abandono estatal que amenaza la salud ambiental y la calidad de vida de quienes habitan sus riberas.

Fuente: Izquierdo, N. (2025, 28 de julio). Acumulación de basura en riberas del Distrito Nacional: entre la desidia y el abandono. Diario Libre. https://www.diariolibre.com/planeta/medioambiente/2025/07/28/acumulacion-de-basura-en-riberas-del-distrito-nacional/3197097