Cambio de valores en educación: de misión por vocación a profesión por incentivo salarial
- Jaime Rodriguez
- 20 nov
- 2 Min. de lectura
El texto denuncia la pérdida de vocación docente en RD y cómo el paso de “maestro” a “profesor” refleja un deterioro educativo. Señala fallas de formación, concursos reprobados y el rezago crítico en Bahoruco–Independencia, reclamando recuperar la esencia del maestro.

La pérdida de la vocación docente, un desafío crítico para la educación dominicana
Durante décadas, la figura del maestro y la maestra ocupó un lugar de honor en el imaginario dominicano. Eran guías, formadores de valores y referentes morales cuya labor trascendía el aula. Aquella vocación, asumida casi como un sacerdocio laico, marcó generaciones completas. Sin embargo, con el paso del tiempo, la denominación de profesor y profesora se impuso, un cambio semántico que trajo consigo una transformación profunda en la percepción social del oficio docente.
Lo que antes evocaba entrega y misión pasó a percibirse como profesión regulada por horarios, concursos y reivindicaciones salariales. Con ello, advierten especialistas y actores del sector, la esencia educativa comenzó a diluirse, y esa mutación explica en parte la paradoja que hoy enfrenta el país: una inversión histórica en educación que no se refleja en mejores aprendizajes. Todas las evaluaciones recientes confirman este estancamiento.
La crisis es evidente en la reiterada reprobación de los concursos de oposición docente, un síntoma que revela fallas estructurales en la formación inicial, especialmente en instituciones privadas donde no existen controles suficientes para garantizar calidad. La situación, sostienen expertos, demanda una revisión profunda del sistema de preparación de futuros educadores.
El deterioro se manifiesta con especial crudeza en la Regional Bahoruco–Independencia, que desde hace más de una década ocupa el último lugar en los indicadores del proceso enseñanza–aprendizaje. Los estudios del IDEICE han sido consistentes, pero la respuesta institucional ha sido mínima, mientras miles de estudiantes permanecen atrapados en un rezago que condiciona su futuro.
Para miembros de la comunidad educativa con décadas de vinculación al territorio, esta problemática trasciende las estadísticas y exige acciones inmediatas. Aseguran que la educación dejó de ser motor de movilidad social porque perdió la esencia que sostenía la labor del maestro vocacional, aquel que educaba con ética, compromiso y sentido de misión.
El desafío, apuntan, no es nostálgico, sino estratégico: sin vocación docente no habrá calidad educativa y, por ende, no habrá desarrollo posible. La solución demanda un esfuerzo colectivo que incluya instituciones, comunidades y autoridades. Reconstruir el espíritu del maestro y la maestra implica crear condiciones dignas, reconocimiento social y acompañamiento real para fortalecer una profesión que es, ante todo, un compromiso con el futuro del país.
La advertencia es clara: mientras la docencia siga atrapada entre incentivos y burocracia, y el país no recupere la vocación como pilar formador, persistirá un ciclo estéril que impide avances reales, a pesar de los recursos invertidos. El reto es recuperar la misión educativa como base de una República que aspire a crecer con equidad, conocimiento y ciudadanía plena.
Diario Libre. (2025, 20 de noviembre). De misión por vocación a profesión por incentivo salarial. Diario Libre. https://www.diariolibre.com/opinion/agora/2025/11/20/de-mision-por-vocacion-a-profesion-por-incentivo-salarial/3330611












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