Evangelio del dia

Jesús anuncia que el templo será destruido y advierte a no dejarse engañar por falsos mesías. Habrá conflictos, desastres y señales, pero el fin no llegará de inmediato. Invita a mantener la calma ante rumores y crisis.

Jesús advierte sobre la fragilidad humana y llama a no caer en el pánico ante falsos mesías

En un pasaje con fuerte carga profética, el Evangelio de este miércoles recoge una escena en la que Jesús, al observar el Templo de Jerusalén —reconocido por su belleza arquitectónica y sus piedras preciosas— advierte a sus discípulos sobre su futura destrucción. Con una afirmación contundente, declara que llegará el día en que “no quedará piedra sobre piedra”, un anuncio que sorprende a quienes lo escuchan.

Intrigados, los discípulos preguntan cuándo ocurrirá y qué señales indicarán la cercanía de esos acontecimientos. Jesús responde con un discurso que combina advertencia y serenidad: exhorta a no dejarse engañar por quienes se presenten como salvadores o proclamen que “ha llegado el tiempo”, alertando sobre la aparición de falsos mesías.

El mensaje se desarrolla en un contexto de tensión histórica y religiosa, pero Jesús insiste en mantener la calma aun cuando lleguen noticias de guerras y revoluciones. “Es necesario que eso ocurra primero —declara—, pero el fin no será enseguida”, aclarando así que los conflictos humanos, por graves que sean, no deben interpretarse como señales definitivas del fin.

El texto describe además un panorama donde surgirán enfrentamientos entre naciones, terremotos, hambrunas y pestes, así como fenómenos desconcertantes y señales extraordinarias en el cielo. Sin embargo, más que sembrar temor, el objetivo del pasaje es ofrecer una mirada crítica sobre la vulnerabilidad de las estructuras humanas y la necesidad de mantener la fe y la prudencia ante el caos.

El Evangelio concluye reafirmando este llamado a la confianza: pese a los temblores sociales, políticos y naturales, el creyente está invitado a vivir sin pánico, atento pero sereno, evitando caer en engaños o interpretaciones alarmistas.

Palabra del Señor.