Evangelio del dia
- Jaime Rodriguez
- 17 nov
- 2 Min. de lectura
Un ciego en Jericó clama a Jesús pese a las reprimendas. Él pide recuperar la vista y Jesús lo cura diciendo que su fe lo ha salvado. El hombre lo sigue glorificando a Dios, y el pueblo alaba al Señor.

Evangelio del día: Jesús devuelve la vista al ciego que clama por compasión
Lc 18, 35-43
Este lunes el Evangelio presenta uno de los encuentros más conmovedores del ministerio de Jesús: la sanación del ciego a las puertas de Jericó, un hombre marginado, silenciado por la multitud, pero cuya fe logró detener al Maestro en pleno camino.
Según relata san Lucas, el ciego, sentado al borde de la vía y viviendo de la limosna, pregunta desconcertado por el bullicio que lo rodea. Al enterarse de que pasa “Jesús el Nazareno”, comienza a gritar con fuerza: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Aunque muchos intentan hacerlo callar, él insiste aún más, decidido a hacerse escuchar.
El momento clave ocurre cuando Jesús se detiene y pide que lo acerquen. Frente al Maestro, el hombre escucha una pregunta directa y profunda: «¿Qué quieres que haga por ti?». Su respuesta es sencilla y cargada de esperanza: «Señor, que recobre la vista».
Jesús concede el milagro con una afirmación que revela el centro del mensaje cristiano: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado». De inmediato, el hombre ve nuevamente y se une al camino del Señor, glorificando a Dios. La gente que presencia la escena estalla también en alabanza.
Este pasaje recuerda la fuerza de la fe perseverante, capaz de abrir paso incluso cuando otros intentan silenciarla, y muestra a un Jesús que escucha, se detiene y responde al clamor sincero de quien lo busca.












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