Evangelio del día
- Jaime Rodriguez
- 7 oct
- 1 Min. de lectura
Jesús visita a Marta y María; mientras Marta se afana en servir, María elige escuchar su palabra. Jesús enseña que atender al espíritu es la mejor elección.

Reflexión sobre el Evangelio (Lc 10, 38-42)
El Evangelio de hoy nos presenta una de las escenas más humanas y entrañables del Evangelio: la visita de Jesús a la casa de Marta y María. Dos hermanas, dos actitudes frente al mismo Señor. Marta representa el servicio activo, la preocupación por atender, por hacer; María simboliza la contemplación, la escucha, la calma del corazón que se abre a la palabra divina.
Jesús no desprecia el trabajo ni el servicio de Marta, pero le recuerda que hay algo más profundo y esencial: detenerse, escuchar, estar en su presencia. En un mundo acelerado, lleno de ruido, preocupaciones y deberes, este pasaje nos invita a redescubrir el valor del silencio interior, de la oración y del encuentro personal con Dios.
“Solo una cosa es necesaria”, dice el Señor. Esa “parte mejor” que María escogió no consiste en abandonar las tareas, sino en poner a Dios en el centro, para que todo lo demás gire a su alrededor. Servir, sí, pero desde el amor que nace de la escucha.
Hoy, Jesús entra también en nuestra casa y nos pregunta: ¿somos más como Marta o como María? Tal vez el verdadero camino esté en saber unir ambas: servir con las manos, pero con el corazón atento a su voz.
Palabra del Señor.












Comentarios