Evangelio del día
- Jaime Rodriguez
- 18 oct
- 1 Min. de lectura
Jesús envía a 72 discípulos a anunciar la paz y el Reino de Dios, sin apegos materiales, confiando en la providencia.

Evangelio según san Lucas 10, 1-9 — “La mies es abundante y los obreros pocos”
En este pasaje, Jesús envía a setenta y dos discípulos a preparar el camino para su llegada. Les encomienda una misión clara: anunciar la paz y proclamar que el Reino de Dios está cerca. No los manda solos, sino de dos en dos, porque la fe se fortalece en la comunidad y el testimonio compartido.
Su advertencia es profunda y realista: “Os envío como corderos en medio de lobos”. La misión cristiana no es cómoda ni segura; implica valentía, desprendimiento y confianza total en la providencia divina. Por eso, Jesús les pide que no lleven bolsa ni alforja: deben depender solo de Dios y de la hospitalidad de quienes los reciban.
El saludo de paz —“Paz a esta casa”— es más que una cortesía: es un signo del amor de Dios que transforma los hogares y los corazones. Esa paz no se impone, se ofrece, y si no es acogida, vuelve a quien la dio.
Este evangelio nos recuerda que todos somos llamados a ser obreros en la mies del Señor. La cosecha —los corazones abiertos a la fe, la esperanza y el amor— es grande, pero los mensajeros son pocos. Jesús nos invita a orar y también a responder con disponibilidad: salir, servir, sanar y anunciar con alegría que el Reino de Dios ya está entre nosotros.












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