Salmo del dia
- Jaime Rodriguez
- 14 nov
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El salmo resalta que el cielo y el firmamento anuncian la gloria de Dios sin palabras, llevando su mensaje a toda la tierra. Día y noche revelan la obra divina, mostrando que su presencia se expresa en toda la creación.

Salmo Responsorial — Salmo 18, 2-5
℟. El cielo proclama la gloria de Dios.
En este salmo, la creación entera se convierte en un testigo silencioso pero elocuente de la grandeza divina. El salmista contempla el firmamento como un inmenso templo natural donde cada amanecer, cada noche estrellada y cada movimiento del cosmos son un mensaje permanente de la presencia de Dios.
Aunque no utilizan palabras ni emiten sonido, los cielos “hablan” con un lenguaje universal, accesible a todos, más allá de idiomas o culturas. Su mensaje alcanza “hasta los límites del orbe”, recordándonos que la belleza y el orden de la creación son una revelación continua del Creador.
El salmo nos invita a afinar la mirada y el corazón para descubrir a Dios en lo cotidiano: en la luz del día, en el silencio de la noche, en todo lo que nos rodea y que muchas veces pasa desapercibido.
℟. El cielo proclama la gloria de Dios.












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