Salmo del dia
- Jaime Rodriguez
- 8 nov
- 1 Min. de lectura
El salmo proclama la grandeza eterna de Dios: cada generación alaba sus obras y proclama su gloria. Sus fieles bendicen su nombre por siempre.

Salmo Responsorial – Salmo 144 (145), 2-5.10-11
℟. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. ℟
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. ℟
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. ℟
Reflexión breve:
Este salmo es un canto de alabanza continua al Señor, reconociendo su grandeza eterna y su poder creador. Invita a transmitir de generación en generación la memoria de las obras divinas, haciendo del testimonio de fe una herencia viva. Cada verso proclama la soberanía de Dios y la gratitud de toda la creación. Al repetir “Bendeciré tu nombre por siempre”, el creyente afirma su deseo de honrar a Dios todos los días de su vida, no solo con palabras, sino con obras que manifiesten su gloria y su amor.












Comentarios