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Santo del día

  • Foto del escritor: Jaime Rodriguez
    Jaime Rodriguez
  • 27 ago
  • 2 Min. de lectura

Santa Mónica, nacida en Tagaste en 331, destacó por su paciencia, fe y oración. Logró la conversión de su esposo Patricio y acompañó con lágrimas y perseverancia a su hijo Agustín hasta su bautismo en 387. Murió en Ostia a los 56 años. Se celebra el 27 de agosto.


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Mónica nació en el año 331 en Tagaste (actual Souk Ahras, Argelia), en el norte de África, dentro de una familia bereber cristiana y acomodada. Desde joven se educó en las Escrituras, en la vida de oración y en el servicio a la comunidad eclesial. Se casó con Patricio, un hombre de carácter difícil, pagano, irascible e infiel. Con paciencia, mansedumbre y oración constante logró suavizar su temperamento y finalmente lo condujo a la fe antes de su muerte.


Fue madre de tres hijos: Agustín, Navigio y una hija cuyo nombre se desconoce. Quedó viuda a los 39 años y se dedicó plenamente a la administración del hogar y a la formación cristiana de sus hijos. Su preocupación más profunda fue Agustín, a quien ella misma llamó el “hijo de tantas lágrimas”. Lo acompañó en sus búsquedas filosóficas, en sus dudas y en su alejamiento de la Iglesia, rezando incansablemente por su conversión.


Su fidelidad la llevó incluso a trasladarse con él a Cartago y más tarde a Italia, donde se establecieron en Milán. Allí, bajo la influencia del obispo Ambrosio, Agustín abrazó la fe y recibió el bautismo en el año 387. Para Mónica, ese momento fue la realización de su mayor anhelo.


En Ostia, mientras aguardaban un barco de regreso a África, madre e hijo vivieron intensos diálogos espirituales. Agustín relata en sus Confesiones el célebre “éxtasis de Ostia”, en el que ambos contemplaron la grandeza de la vida eterna. Poco después, Mónica expresó que ya no tenía más deseos en esta vida, pues había visto a su hijo convertido al cristianismo. Falleció a los 56 años en Ostia, donde fue sepultada en la iglesia de Santa Aurea.


Con el paso del tiempo, sus reliquias fueron trasladadas a Roma, en la Basílica de San Agustín, donde descansan en un sarcófago de mármol verde. Santa Mónica es venerada como ejemplo de oración perseverante, paciencia en el matrimonio y amor maternal inquebrantable. Su fiesta se celebra cada 27 de agosto.


Fuente: Vatican News. (2025, 27 de agosto). s. Mónica, madre de S. Agustín, obispo. Vatican News. https://www.vaticannews.va/es/santos/08/27/s--monica--madre-de-s--agustin--obispo.html

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