Santo del día
- Jaime Rodriguez
- 31 oct
- 1 Min. de lectura
Alfonso Rodríguez, comerciante español, ingresó anciano a los jesuitas tras perder a su familia. Como portero en Mallorca, destacó por su humildad y santidad.

San Alfonso Rodríguez: el portero santo de los jesuitas
San Alfonso Rodríguez, recordado hoy por la Iglesia, fue un comerciante español de tejidos cuya vida dio un giro radical tras sufrir la pérdida de su esposa e hijos. Nacido en Segovia en 1532, dedicó sus primeros años al trabajo y a la familia, hasta que el dolor lo llevó a buscar un camino más profundo de fe y entrega a Dios.
A pesar de su edad avanzada y su falta de formación académica, fue admitido en la Compañía de Jesús como hermano coadjutor, desempeñando el humilde oficio de portero en el colegio jesuita de Montesión, en la isla de Mallorca. Desde esa puerta, Alfonso ejerció un apostolado silencioso y constante, ofreciendo consuelo, consejo y ejemplo de vida a quienes lo visitaban.
Su sencillez, obediencia y alegría en el servicio cotidiano lo convirtieron en modelo de virtud para religiosos y laicos. Entre quienes se inspiraron en él se encuentra san Pedro Claver, futuro misionero de los esclavos en América. La santidad de Alfonso no nació de grandes obras, sino de la fidelidad en lo pequeño, del amor que ponía en cada gesto y palabra.
Falleció en 1617, dejando un legado espiritual basado en la humildad, la constancia y la entrega total a Dios. Fue canonizado por el papa León XIII en 1888. Su vida sigue siendo testimonio de que la santidad puede encontrarse en la puerta más sencilla, en el servicio más discreto y en el corazón que ama sin medida.












Comentarios