Se rompió el amor en el Licey: salidas de Anderson Hernández y Jairo Asencio lo demuestran
- Jaime Rodriguez
- 7 nov
- 2 Min. de lectura
El Licey rompió con Jairo Asencio y Anderson Hernández, figuras históricas del club. La salida del mejor cerrador del béisbol invernal dominicano deja dudas sobre tensiones internas más allá del mal inicio del equipo.

El Licey rompe con sus emblemas: adiós a Jairo Asencio y Anderson Hernández
La historia de amor entre los Tigres del Licey y dos de sus figuras más emblemáticas, Jairo Asencio y Anderson Hernández, llegó a su fin tras décadas de entrega y triunfos compartidos. La separación, formalizada mediante un comunicado escueto y distante, marcó el cierre de una era dorada para la franquicia más ganadora del béisbol dominicano.
En la nota oficial, la gerencia del Licey agradeció la “entrega y disposición” de Asencio, Lisalverto Bonilla y Hernández, sin mayores detalles. Pero la frialdad del mensaje dejó entrever tensiones internas más allá del mal inicio del conjunto azul en la temporada 2025-26. La salida de ambos ha despertado sorpresa y nostalgia entre los fanáticos, que consideran el trato recibido por dos símbolos del equipo como un gesto carente de reconocimiento.
Asencio, líder histórico de salvamentos en la Liga Dominicana, construyó una carrera legendaria con el Licey. En 344 juegos acumuló 339.1 entradas, un WHIP de 1.16 y una efectividad de 2.57. Su presencia en el montículo era sinónimo de seguridad y emoción para los seguidores azules, que sabían que el cierre del juego le pertenecía. Sin embargo, su rendimiento decayó en el actual torneo, con una efectividad de 7.36 en seis partidos.
Pese a ello, reducir su salida a las estadísticas parece insuficiente. Detrás de la decisión, afloran versiones sobre un quiebre en la dinámica interna del equipo. Lo mismo aplica a Anderson Hernández, coach de infield y exjugador icónico de la escuadra. Parte del histórico dúo de “Los Menores”, Hernández fue pieza clave en el ADN competitivo del Licey durante los últimos 25 años.
Su lealtad al equipo fue absoluta: en 2012 llegó a ser amenazado de muerte por negarse a vestir el uniforme de las Águilas Cibaeñas durante una semifinal. Esa fidelidad convierte su salida en un golpe emocional para la afición.
El béisbol, como el amor, no siempre tiene finales felices. Y aunque el Licey decidió pasar la página, la historia de Asencio y Hernández seguirá escrita en letras azules. Como cantaba Rocío Dúrcal, “uno nunca piensa en el invierno... pero el invierno llega, aunque no quieras”.
Diario Libre. (2025, 7 de noviembre). Se rompió el amor en los Tigres del Licey. Diario Libre. https://www.diariolibre.com/deportes/beisbol/2025/11/07/se-rompio-el-amor-en-los-tigres-del-licey/3304293












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