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Sin techo, pero con clientela: la economía detrás de las barberías callejeras

  • Foto del escritor: Jaime Rodriguez
    Jaime Rodriguez
  • 1 nov
  • 2 Min. de lectura

En Santo Domingo, barberos como Samuel Jiménez y Gilberto Alcalá trabajan en las calles para sobrevivir ante los altos costos de alquiler, pese a que la ley prohíbe ocupar aceras.


(Fuente externa)
(Fuente externa)
Barberos callejeros: el pulso del rebusque en Santo Domingo

En las esquinas y aceras de los barrios de Santo Domingo, el zumbido de las máquinas de afeitar forma parte del paisaje urbano. Por 200 o 250 pesos, hombres de distintas edades acuden a cortarse el pelo o la barba al aire libre, bajo el sol o a la sombra de un árbol. Para muchos, más que una elección, es cuestión de supervivencia económica.


Uno de ellos es Samuel Jiménez, con tres décadas como barbero en la misma esquina de Villa Consuelo. Su silla metálica y su espejo gastado son testigos del paso del tiempo y de cientos de clientes. “Pagar un local son siete, ocho, diez mil pesos. Aquí, al menos, resuelvo”, dice con resignación, mostrando sus manos marcadas por cortes de navaja. “De esto crié a mis tres hijos, y hoy son profesionales”, agrega con orgullo.


A su alrededor, las “barberías callejeras” han tomado vida propia. Algunas cuentan con techos de zinc y barandas improvisadas, mientras otras se limitan a una silla y un espejo colgado en una pared. En sectores como Don Bosco, Gilberto Alcalá repite la historia de muchos. Tras dejar un local que ya no podía pagar, decidió instalar su puesto en la calle: “Los alquileres están por las nubes, hay locales de hasta cuarenta mil pesos. Aquí, al menos, se trabaja y uno se busca su clientela”.


Estos espacios, donde los clientes se recortan mientras comparten una cerveza o una conversación, reflejan el espíritu resiliente del dominicano ante la crisis. Sin embargo, su existencia entra en conflicto con la ley. La Alcaldía del Distrito Nacional recuerda que la Ley 63-17 y la Ordenanza 1-21 prohíben ocupar las aceras o vías públicas, al considerarse una obstrucción del tránsito peatonal.


“Cualquier ocupación del espacio público es una infracción. Solo en casos regulados, como los buhoneros, se permite bajo condiciones estrictas de limpieza y respeto al espacio peatonal”, puntualiza la institución.


Pese a ello, la realidad económica empuja a muchos a desafiar las normas. Las barberías al aire libre se mantienen como símbolo del trabajo informal y del esfuerzo por sostener a la familia en medio de la carestía. Entre espejos colgados, sillas viejas y brochas desgastadas, estos barberos mantienen viva una tradición de barrio que combina oficio, ingenio y resistencia.


Izquierdo, N. (2025, 1 de noviembre). Sin techo, pero con clientela: la economía detrás de las barberías callejeras. Diario Libre. https://www.diariolibre.com/actualidad/nacional/2025/11/01/santo-domingo-barberos-al-aire-libre-ofrecen-cortes-economicos/3296867

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