Santo del día
- Jaime Rodriguez
- 11 nov
- 2 Min. de lectura
San Martín de Tours, soldado convertido en obispo, es recordado por partir su manto para abrigar a un pobre. Fundó monasterios, vivió en austeridad y sirvió con humildad. Murió en 397, símbolo de caridad y entrega al prójimo.

San Martín de Tours, obispo
11 de noviembre
San Martín de Tours es uno de los santos más queridos de la cristiandad y modelo de caridad evangélica y humildad pastoral. Nació hacia el año 316 en Panonia (actual Hungría), hijo de un militar romano. Desde niño sintió atracción por la vida cristiana, aunque sus padres eran paganos. Obligado por ley a servir en el ejército, fue destinado a Galia (Francia), donde protagonizó el gesto que marcaría su vida: al encontrar a un mendigo temblando de frío, cortó su manto en dos y le dio la mitad. Aquella noche, Cristo se le apareció en sueños vestido con la parte del manto, diciendo: “Martín, aún no bautizado, me ha cubierto con su vestido”.
Profundamente conmovido, Martín recibió el bautismo y, tras años de servicio militar, abandonó las armas para seguir a Cristo con radicalidad. Se unió al obispo Hilario de Poitiers y fundó uno de los primeros monasterios de Occidente, en Ligugé, donde llevó una vida de oración y austeridad. Su testimonio atrajo a muchos discípulos y fortaleció la expansión del monacato en Francia.
En el año 371, el pueblo y el clero lo eligieron, casi por aclamación, obispo de Tours, aunque Martín aceptó con humildad y continuó viviendo pobremente, en comunidad con sus monjes, en Marmoutier. Desde allí ejerció un episcopado misionero, recorriendo aldeas, evangelizando campesinos, liberando cautivos y socorriendo a los necesitados. Su sencillez y su valentía pastoral lo convirtieron en un verdadero pastor según el corazón de Cristo.
Murió en Candes-Saint-Martin en el año 397, después de reconciliar a sacerdotes enfrentados. En su lecho de muerte pidió ser colocado sobre la tierra desnuda, signo de su total desapego. Su funeral congregó multitudes que lo veneraron como santo.
San Martín de Tours es símbolo universal de solidaridad, humildad y amor al prójimo. Su gesto del manto sigue inspirando a quienes buscan reflejar la misericordia de Cristo en la vida cotidiana.
Oración:
Señor, que enseñaste a San Martín a reconocer tu rostro en los pobres, concédenos la gracia de servirte con un corazón generoso y humilde, compartiendo lo que somos y tenemos. Amén.












Comentarios