Santo del dia
- Jaime Rodriguez
- 1 oct
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Santa Teresa del Niño Jesús, carmelita y doctora de la Iglesia, hizo del “pequeño camino” de amor y sencillez una vía hacia la santidad. Es patrona de las misiones.

Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las Misiones, modelo de fe y sencillez
Este 1 de octubre, la Iglesia católica celebra la memoria de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, más conocida como Santa Teresita de Lisieux, virgen carmelita, doctora de la Iglesia y patrona universal de las Misiones.
Nacida en Alençon, Francia, el 2 de enero de 1873, Teresa Martin fue la menor de ocho hijos de una familia profundamente cristiana. Huérfana de madre a los cuatro años, se aferró con ternura al cariño de su padre y, desde muy joven, mostró un fuerte deseo de entregar su vida a Dios. Con apenas 15 años logró ingresar al Carmelo de Lisieux, tras obtener un permiso especial del Papa León XIII.
En el convento adoptó el nombre de Sor Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, y allí elaboró lo que luego se conocería como la espiritualidad del “pequeño camino”: una propuesta de santidad basada no en grandes gestas, sino en la fidelidad y amor en las pequeñas acciones cotidianas. “Solo hay una cosa que hacer en la tierra: lanzar a Jesús las flores de los pequeños sacrificios”, escribió en su autobiografía Historia de un alma, hoy considerada un clásico de la espiritualidad cristiana.
Su vida fue breve pero intensa: soportó incomprensiones dentro de la comunidad y el sufrimiento de la tuberculosis, enfermedad que le causó la muerte el 30 de septiembre de 1897, con apenas 24 años. Ofreció sus dolores y sacrificios “por la Iglesia y por la conversión de los pecadores”, lo que la vinculó de manera especial con la misión evangelizadora.
Canonizada en 1925 por el Papa Pío XI, fue declarada patrona universal de las Misiones junto con San Francisco Javier, pese a no haber salido nunca del convento. En 1997, con motivo del centenario de su muerte, San Juan Pablo II la proclamó doctora de la Iglesia, en reconocimiento a la profundidad de su doctrina espiritual.
Hoy, Santa Teresita es recordada como modelo de sencillez, confianza y abandono en el amor de Dios, y su mensaje sigue inspirando a creyentes de todo el mundo. Su “caminito de infancia espiritual” continúa siendo una vía de esperanza para quienes buscan en la fe fuerza en medio de las dificultades.












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