Evangelio del día

Jesús sana a un hombre en sábado ante los fariseos, mostrando que la misericordia y el amor superan la ley ritual. El bien del ser humano prevalece sobre la norma.

Jesús desafía las normas del sábado al sanar a un enfermo en casa de un fariseo

En el Evangelio según san Lucas (14, 1-6), se narra un episodio en el que Jesús, invitado a comer un sábado en casa de uno de los principales fariseos, se encuentra bajo la atenta mirada de quienes lo observan con recelo. Durante la comida, aparece un hombre enfermo de hidropesía, y Jesús, consciente de la tensión del momento, interpela a los presentes con una pregunta directa: “¿Es lícito curar en sábado, o no?”.

El silencio de los letrados y fariseos revela su incomodidad ante el dilema moral que plantea el Maestro. Sin esperar respuesta, Jesús toca al enfermo, lo sana y lo despide, demostrando que la misericordia y la vida están por encima de las leyes rituales. Luego, dirigiéndose nuevamente a los asistentes, plantea otra cuestión: “Si a uno de vosotros se le cae al pozo el burro o el buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?”.

Nuevamente, los fariseos callan, incapaces de rebatir su razonamiento. Con este gesto, Jesús enseña que el amor y la compasión deben prevalecer sobre la rigidez de la norma. Su acción no solo evidencia la prioridad del bien del ser humano, sino también la coherencia de su mensaje: la ley está al servicio del hombre, y no el hombre al servicio de la ley.

El relato invita a reflexionar sobre la hipocresía de quienes ponen la observancia religiosa por encima de la misericordia y la empatía. En este pasaje, Jesús revela el verdadero sentido del descanso sabático: no una carga legalista, sino un espacio para restaurar la vida y hacer el bien.

Palabra del Señor.